Opinión del redactor

Tras cerrar Megaupload, famosa web de “intercambio” y almacenaje de archivos, quisiera mostrar mi opinión al respecto.
Me gustaría que los lectores ofrecieran también la suya.

Hay dos extremos en esta historia.
Por un lado tenemos las majors cinematográficas o de cualquier otro tipo de industria cultural de entretenimiento, y por otro lado tenemos a gente que ha llegado al punto de creer que todo es gratis.
La industria cultural debería tanto amenizar precios como ofrecer una especie de filmoteca online gratuita con sus títulos de catálogo. ¿Por qué? Porqué cinéfilos coleccionistas como yo o muchos más seguirían comprando sus títulos preferidos cuando los encontraran con buen precio, o acudiendo al Cine,  y mucha gente que es poco aficionada pero que le gusta disfrutar del cine de vez en cuando podría ver de forma gratuita y legal películas clásicas o de fondo de catálogo, y entendería que las novedades o estrenos tienen valor. Tal vez no el que ellos le dan, eso ya es subjetivo, pero que no se trata de ver gratis todo porqué si.
Si todos fuéramos más conscientes de que un escritor, director, etc., trabaja para ganar dinero, y que ese dinero se obtiene en sus ventas, entradas, etc., todo iría mejor. La cuestión es nivelar esos precios y ofrecer, repito, todo un fondo cultural de forma gratuita,  del mismo modo que la gente va a la Biblioteca y obtiene un libro que es prestado y es gratis, pero es legal y da trabajo y beneficios además de fomentar cultura.

Las majors deben bajar precios y ofrecer filmotecas para fomentar su cultura y hacerla llegar a todos, y más en épocas de crisis.

Y muy al margen dejar todo el tema de calidad, que es otra cuestión muy distinta.

Por mi parte decir que me encuentro posicionado en un lugar intermedio de esta polémica. Me parece exagerado bajarse títulos que están en proyección y sentirse indignado cuando te lo prohiben. Pero también quiero poder ver según que títulos de forma gratuita, clásicos o rarezas difícil de encontrar. ¿Por qué gratis? Porqué si me gustan puedo comprarlas luego, pues es mi hobbie, y como coleccionista y cinéfilo no puedo acceder a todo. Pero soy consciente de que es sólo un lujo, no necesidad.

Por ello debemos meditar que en esta historia no sólo están estas industrias que exageran los precios  y aquellos que todo lo cultural lo obtienen gratis. También estamos nosotros, cinéfilos, coleccionistas y lectores que queremos leer y ver tanto que echamos en falta más ofertas y facilidades, pero que valoramos esa cultura y queremos pagar por ella precios más lógicos.