'Fantasía', se reedita una vez más demostrando que el legado de Walt Disney sigue vivo | 'Destino', su genial colaboración con Dalí, un museo sobre su figura y su hija Diane reivindican su figura
La empresa que fundó en 1923 genera hoy unos ingresos anuales de más de 30.000 millones de dólares. Pero dicen que a él nunca le importó el dinero. Lo que Walt Disney (Chicago, 1901 - Los Ángeles, 1966) quería era pasar a la Historia.Aquel hijo de granjero y de maestra de escuela, repartidor de periódicos para el Kansas City Star de niño, lo consiguió gracias al sello inconfundible de sus dibujos.
Como su primer largometraje, Blancanieves y los siete enanitos (1937), que le permitió plasmar sus sueños en otros más arriesgados como Fantasía (1940). Una película que marcó un hito en la historia del cine de animación.
Para el filme, precursora combinación de imágenes animadas y música clásica, hicieron falta tres años de trabajo y el talento de mil artistas y técnicos de Disney además de los cien músicos de la orquesta de Stokowski que tocaron piezas de Bach, Beethoven o Tchaikowski. Ahora, regresa digitalmente restaurado y en alta definición. El próximo 9 de febrero, Disney publica ediciones especiales de Fantasía y Fantasía 2000 -con el corto Destino, obra de Dalí y Walt Disney-.
'Destino' o la cita creativa que tuvieron Dalí y el tío Walt
"He venido a Hollywood y me he tropezado con tres grandes surrealistas americanos: los hermanos Marx, Cecil B. DeMille y Walt Disney", le confesó por carta Dalí a su colega de movimiento André Breton en 1937. Ocho años después, en 1945, el pintor pasaba las mañanas en los estudios para trabajar con, su ya amigo personal, Disney en un cortometraje pergeñado por ambos.
El resultado de esa colaboración única se bautizó como Destino, pero las estrecheces económicas de la compañía tras la Segunda Guerra Mundial y lo visionario del producto lo relegaron a un cajón.En 2003, Roy Disney -sobrino del animador-, lo rescató de un sótano. Con una joya así no podía hacerse otra cosa que editarla. Así, se retomó el proyecto con el guión, los story boards y la música original.
"Dalí pensaba que la animación de Disney era una ampliación del surrealismo. Walt pensaba que él era un genio. Se complementaban porque uno quería fama y el otro pasar a la historia. Fueron amigos hasta el final de su vida, mantuvieron correspondencia. Disney incluso viajó a España para ver a Salvador y Gala", cuenta Dave Bossert, uno de los animadores que finalizaron el corto.
Ahora, su trabajo de siete minutos de duración, se incluye dentro de los extras del lanzamiento en Blu-Ray de la continuista Fantasía 2000 -obra también de Roy Disney-. Junto al corto se edita también un documental titulado Dalí y Disney: Una cita con Destino, que explora los orígenes de la relación entre Walt Disney y Dalí.
Entrevista a Diane y Walter Disney Miller
Diane Disney Miller, la única hija biológica de Walt Disney, hace un gesto cariñoso a Walter, el quinto de sus siete vástagos. Él apenas habla pero asiente cada respuesta de su lúcida madre de 77 años.
Pregunta obvia. ¿Cómo vive el ser la hija de una leyenda? Nunca me he sentido especial. Viví experiencias normales, como las de muchas familias.
¿Cómo era su padre? Un buen padre que adoraba hacerse fotos con sus hijas en vacaciones, jugar con ellas -Disney adoptó una niña, Sharon fallecida en 1993-. Un hombre fresco. Su vida no era una pose.
¿Qué admira de su figura? Dejó de ir a la escuela a los 16 años. Se educó leyendo libros que él mismo escogía en la biblioteca. Fue autodidacta como muchos otros hombres de su época. Siempre decía que trabajó muy duro pero nunca fue infeliz. Era un hombre que anhelaba una vida confortable, pero no exenta de esfuerzo. Su gran legado es haber construido una empresa en donde la gente puede experimentar, explorar y seguir adelante aún después de su muerte. La organización que dejó construida permite que ahora haya Disney, después de Disney.
¿Siente que su pasión por el trabajo les robó parte de él? No me lo he planteado. Fue un espléndido padre y esposo. Pero es cierto que siempre estuvo fascinado por las cosas que le interesaban: la mecánica, la comunicación, el arte abstracto, la música y la civilización.
¿Qué les empujó a construir el Walt Disney Family Museum de San Francisco? Quiero que el público sepa que él era una persona real. Sobre todo las generaciones nuevas que sólo asocian su nombre en la portada de una película o de un videojuego. Siempre supe que la vida de mi padre había sido fantástica y por eso quise hacer el museo. Me decían que mejor escribiera un libro, pero no es lo mismo. Aquí puedes observar toda su vida. Este lugar tiene vida propia, puedes verlo y escucharlo. [Literalmente. La voz del padre de Mickey Mouse, fruto de 19 horas de entrevistas con su hija, ilustra parte de la exposición].
Y descubrir cosas como la huelga de animadores de 1941 paró Disney cinco semanas. Mi padre decía que las crisis eran oportunidades, aunque realmente él no tuvo momentos devastadores en su vida.
Se manejaba bien. Si algo le gustaba de ir a trabajar es que sabía que no estaría solo ni un segundo. Visitaba a los animadores, invitaba a comer la prensa. Tenía mano para las relaciones públicas, siempre estaba rodeado de gente.
¿Les pedía opinión? Llegaba a casa a las 7 de la tarde y en la cena solía hablar de sus proyectos. Pero creo que nosotros no tuvimos impacto en su trabajo.
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